JUDITH GARCÍA: "MOISÉS FALLECIÓ EN PRISIÓN PORQUE LE TRATARON UN INFARTO CON PARACETAMOL"


                                                      



Judith Gil la compañera sentimental de Moisés Santana el joven teldense de Jinámar que falleció en una celda de "aislamiento" en la prisión de Juan Grande acaba de concender una entrevista al comunicador y profesor Manuel Ramón Santana que pueden escuchar en formato audio para pedir justicia para Moisés al entender que la muerte del compañero con el que lleva viviendo 17 años se produjo como consecuencia de una negligencia, por lo que el médico que ordenó su aislamiento se encuentra imputado dos años después del fallecimiento del joven preso de 41 años, natural de Jinámar al que no se le activó el protocolo de infarto,  limitándose a recetarle paracetamol. 

                                                       


Judith García la mujer del recluso teldense Moisés Santana relata en la entrevista a ONDA GUANCHE y La Hora de la Verdad en ONDA GUANCHE RADIO que como acusación particular exigen una pena de cuatro años de cárcel para el médico que le trató la enfermedad coronaria con paracetamol castigandolo en un régimen de aislamiento,  pese a presentar síntomas de un infarto, achacando su muerte a una negligencia o imprudencia temeraria grave con resultado de muerte por lo que el médico se encuentra investigado, y al que la familia solicita una indemnización de casi un millón de euros, (990.963 euros), 4 años de cárcel y 6 de inhabilitación profesional. 

                                                        


El joven teldense Moisés Santana murió el nueve de noviembre de 2023 por un infarto agudo de miocardio en una celda de aislamiento del centro penitenciario Las Palmas II (Juan Grande), donde estaba internado desde hacía casi tres años. 

EL MÉDICO DE LA PRISIÓN SE EQUIVOCÓ EN EL DIAGNÓSTICO, CONFUNDIENDO UN INFARTO CON UNA CONTRACTURA CERVICAL 

Según relata la viuda Judith García al director de Telde Libre y colobador de Onda Guanche, Manuel Ramón Santana, su compañero Moisés Santana llevaba días con fuertes dolores en el pecho, desvanecimientos y un dolor que le impedía pegar ojo. Desesperado, fue al médico para contarle lo que le estaba pasando, pero el médico de la prision ahora imputado por negligencia temeraria con resultado de muerte, sólo vio síntomas de una contractura cervical y, bajo la creencia de que estaba fingiendo un empeoramiento, lo envió a un régimen de aislamiento. En cuestión de dos horas, había fallecido.

Moisés Santana de  41 años de edad dejó tras de sí a una viuda, tres hijos menores, una madre y tres hermanas destrozados por la pérdida. 

                                                  


Judith en el relato al comunicador y especialista en Educación Especial Manuel Ramón Santana de desmoronó en varias ocasiones durante la entrevista al recordar que los últimos dos años los han pasado con el corazón en un puño, mientras veían cómo avanzaba paso a paso una investigación dirigida a dirimir responsabilidades. Ahora, el juez ha visto suficientes indicios para dar por concluida la instrucción y procesar por un presunto delito de homicidio por imprudencia grave al doctor que lo atendió en la prisión, identificado con las iniciales J. J. C. O., una decisión que deja el caso a las puertas de juicio oral

La familia, representada por el prestigioso  abogado Tommaso Garzia, ya ha presentado su escrito de acusación. Piden para el único investigado una pena de cuatro años de cárcel, inhabilitación especial para que no pueda ejercer la profesión médica durante seis años, al haberse cometido la supuesta imprudencia durante su ejercicio como profesional sanitario. También exigen indemnizaciones para paliar los daños que han sufrido, las cuales cifran en unos  990.963 euros, y plantean como responsable civil subsidiario a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. La acusación aportará el testimonio de tres testigos y una funcionaria de prisiones en la acusación particular. 

El joven teldense fallecido, Moisés Santana, acudió dos veces a la enfermería y solo vieron signos de una contractura.

Moisés cumplía condena de 5 años por haberse visto involucrado en un apuñalamiento en el barrio Schamann (Las Palmas de Gran Canaria) y, tras pasar una parte del tiempo previsto en la cárcel de Salto del Negro, decidió cambiar de centro al de Juan Grande porque creía que iba a estar en mejores condiciones y conseguirí antes los permisos.

Todo iba relativamente bien y no había experimentado problemas de salud hasta el día siete de noviembre, cuando empezó a manifestar que sufría intensos dolores torácicos que se habían extendido hasta su brazo izquierdo, así como una sensación de adormecimiento en las extremidades superiores, los cuales son algunos de los síntomas característicos del síndrome coronario agudo.  

Judith García  relata a ONDA GUANCHE  que "a pesar de ello, los funcionarios del módulo no tomaron en consideración sus quejas, limitándose a administrarle paracetamol en varias ocasiones". Durante la noche del ocho al nueve los dolores fueron tan intensos que no podía dormir y sus gritos tampoco dejaron pegar ojo a su compañero de celda. Sin embargo, ninguno de los dos se atrevió a pedir ayuda a través del interfono, ya que, según un testigo, el personal de la prisión siempre les advertía de que ese medio solo debía emplearse en casos de vida o muerte.

Esperó por tanto a la mañana siguiente y, sobre las 09.33 horas, fue trasladado por una funcionaria a la enfermería del centro. Tras sufrir un desvanecimiento, fue atendido por el encausado, al que le contó sus síntomas. El doctor le practicó un electrocardiograma que reveló hallazgos sugestivos de isquemia miocárdica, pero concluyó que se trataba de una contractura dorsal-cervical. Durante el reconocimiento no se empleó el estetoscopio, no se le comprobó el pulso ni se le midió la presión arterial. Es decir, "se omitieron maniobras diagnósticas básicas exigibles ante un cuadro clínico potencialmente grave", según Judith García, a La Hora de la Verdad en ONDA GUANCHE RADIO. 

El médico acordó devolverlo a su módulo sin un tratamiento y sin dejarlo en observación. Pero, apenas una hora después, volvió a la enfermería en brazos de tres internos, semiinconsciente, tras haber sufrido reiterados episodios de síncope. Explicó que seguía con un dolor insoportable en el pecho, aunque en esta ocasión no se le volvió a repetir la exploración clínica. "Un conjunto de actuaciones negligentes determinaron el fallecimiento evitable", relata Judith García. 

                                                       

                                 VIDEO-HOMENAJE A MOISÉS 

DOS HORAS ANTES DE FALLECER EL MÉDICO DE LA PRISIÓN RECRIMINÓ A MOISÉS: "ESTE TIO NO TIENE NADA, LLAMEN AL JEFE DE SERVICIO Y TRASLÁDELO A UNA CELDA DE AISLAMIENTO". 

El doctor manifestó que Moisés ya había sido evaluado y que el joven teldense fingía. Literalmente, lo tumbó boca abajo en la camilla, le dio un golpe en la espalda y dijo: "este tío no tiene nada, llamen al jefe de servicio", manifestó García Judith a ONDA GUANCHE. A las 11:02, tras haber pasado apenas siete minutos, terminó la consulta y el encausado autorizó su traslado a una celda de aislamiento por "alterar el funcionamiento del centro".

En torno a las 13:00 horas, fue hallado muerto. Su familia siempre tuvo la sospecha, reforzada por un segundo informe médico, de que como estaba solo y no contaba con vigilancia médica, no fue posible intervenir a tiempo para auxiliarlo. El fallecimiento, según los forenses que examinaron el cuerpo, fue por una trombosis oclusiva de la arteria coronaria, consecuencia de un infarto agudo de miocardio no tratado.

"La deficiente atención médica, el diagnóstico desacertado sin descartar patologías graves, la falta de tratamiento, la omisión de observación clínica y la decisión de autorizar el aislamiento de un paciente con síntomas de emergencia médica constituyen un conjunto de actuaciones negligentes que determinaron el fallecimiento evitable de Moisés", concluyó, Judith García. 

JUDITH GARCÍA, LA COMPAÑERA CORAJE DE MOISÉS BUSCA JUSTICIA 

Judith García la esposa coraje  sostiene que 'el investigado incurrió en una actuación profesional objetivamente contraria a los estándares mínimos de diligencia médica" y señala que su posición en una institución penitenciaria "implicaba un deber específico de garantía reforzada respecto a la vida e integridad física del interno, máxime cuando este se encontraba en un entorno de restricción de libertad, sin posibilidad de acudir a medios externos de auxilio".

Según relató Judith García a ONDA GUANCHE, en el escrito de acusación la familia apunta a las guías clínicas europeas y americanas, que establecen que cuando llega un paciente con síntomas compatibles con un síndrome coronario agudo, hay que tomar medidas inmediatas como el traslado urgente a un centro hospitalario, la monitorización continua, el acceso venoso y la repetición del electrocardiograma ante la recurrencia de las dolencias. "No se trató de un error diagnóstico disculpable: el doctor tenía a su disposición medios diagnósticos básicos y suficientes, y omitió deliberadamente utilizarlos", concluye, Judith García. 


(*) Manuel Ramón Santana director de Telde Libre Digital es profesor especialista en Educación Especial por la Universidad de Burgos. 

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